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El aceite de oliva virgen extra es una joya culinaria que se obtiene a través de un meticuloso proceso de producción. Desde la recolección de las aceitunas hasta el envasado final, cada paso es crucial para garantizar la máxima calidad y frescura del aceite.

El proceso de elaboración del aceite de oliva comienza con la cuidadosa selección de las aceitunas. Las aceitunas deben estar en el punto óptimo de maduración para garantizar un aceite de alta calidad. Se prefieren las aceitunas sanas y libres de defectos, ya que esto influirá en el sabor y la calidad del aceite final.

Una vez seleccionadas, las aceitunas se transportan a la almazara, donde se someten a un proceso de recepción y limpieza. En esta etapa, se eliminan las impurezas como hojas, ramas y piedras. Las aceitunas también se lavan cuidadosamente para eliminar cualquier residuo de suciedad.

Después de la limpieza, las aceitunas se llevan al molino para la molienda. Aquí, las aceitunas se trituran para formar una pasta homogénea. Tradicionalmente, este proceso se realiza con molinos de piedra, aunque en la actualidad se utilizan también molinos metálicos.

La pasta de aceitunas se lleva a la batidora, donde se agita suavemente para separar el aceite de la pulpa. Durante este proceso de batido, se liberan los componentes oleosos de las células de las aceitunas, formando pequeñas gotas de aceite.

Una vez que el aceite se ha separado de la pulpa, se procede a su extracción. Este paso puede realizarse de varias formas, pero el método más común es la centrifugación. En las centrífugas, el aceite se separa del resto de la pasta de aceitunas, obteniéndose así el aceite de oliva virgen extra.

Después de la extracción, el aceite se somete a un proceso de filtración para eliminar cualquier impureza restante. Una vez filtrado, el aceite se almacena en tanques de acero inoxidable o barriles de madera para su posterior envasado y distribución.

Conclusión

El proceso de elaboración del aceite de oliva es una combinación de arte y ciencia, que requiere precisión y dedicación en cada etapa. Desde la selección de las aceitunas hasta el envasado final, cada paso es crucial para garantizar la calidad y el sabor excepcional del aceite de oliva virgen extra. Con un cuidadoso manejo y un profundo respeto por la tradición, se puede producir un aceite que deleite los sentidos y enriquezca las experiencias culinarias de todo el mundo.